viernes, 28 de febrero de 2014

Ese eres tú.

 

Un día conoces a alguien y te gustaría, de repente, desconocer a las demás personas. Centrarte sólo en él. Hacerle el centro gravitatorio de tu mente. Conoces a alguien que tiene una de esas sonrisas que se quedan a dormir todas las noches, y entonces ya no pasas tanto frío. Porque el insomnio tiene nombre, apellidos y se pinta de carmín los labios. Pasea a tu lado, flota contigo, te suspende a dos metros sobre el suelo, te dice "hola" y silencia el tráfico. Alguna vez conoces a alguien que te da ganas de ordenar tu vida y hacer reformas. Así que preparas tu mirada más bonita y te compras ropa nueva. Eres más feliz a todas horas, como si también drogase esperar su llamada. Y esperas que se acuerde de llegar en algún momento de tu vida. Porque hay personas por las que perderías todos los trenes con tal de quedarte un poco más. Y no creo que necesitemos pensar en otra cosa para seguir, aunque se nos ocurran miles de razones para quedarnos.

En un mundo de grises (autor)

sábado, 22 de febrero de 2014

Ya no soy mía, sino tuya...




Y vuelves a atrapar mi tristeza para esconderla en tu bolsillo, para alejarla de mí...De nuevo has sembrado el jardín de mis pesadillas con nuevos sueños, con otras esperanzas... Y yo sigo llena de amor por todo aquello que te pertenece, llena de celos por todo lo que te roza y me quita un trocito de ti... Y tú sigues aquí, entregándome la vida en cada suspiro, suplicando mis besos sin saber que ni siquiera tienes que pedirlos... Porque son tuyos, porque yo ya no soy mía, sino tuya.

Como niños... :)

Tocando el cielo con la punta de mis dedos.



Prometo amarte ferozmente, en todas las condiciones, ahora y para siempre. Prometo nunca olvidar que este es un amor de una vez en la vida. Y siempre saber, en la parte más profunda de mi alma, que a pesar de los retos que nos separen, siempre encontraremos el camino de regreso.


Paulo Coelho decía: "sólo quien es feliz puede repartir felicidad" Pues yo, puedo repartir felicidad para todos vosotros... llevaba años sin sentirme tan feliz.

lunes, 17 de febrero de 2014

Merece la pena esperar



Hacia mucho frio en aquel andén, desprovisto de trenes, aquel andén que solo era un cuerpo, y una mirada fija en la esperanza. Era un enamorado cualquiera, con la sed en los brazos de beber directamente de alguien que se quedase a dormir todas las noches. Que se quedase a amanecer cada mañana. Y es que lo único que sé de la vida es que, a veces, sigue mereciendo la pena esperar a algunas personas, aunque lleguen demasiado tarde.

domingo, 9 de febrero de 2014

Lo buscaba en todos lados.




El amor duele sin remedio si lo dejas ir,
 y no hay por qué perderlo, dejemos de mentir
Está acabando el tiempo... lentamente...

Ella lo buscaba en todos lados, y lo encontraba siempre en el mismo lugar: sus sueños.

martes, 4 de febrero de 2014

Odio




Odio que sepas pensar
y que me hagas reír;
odio que me hagas sufrir
y odio que me hagas llorar;
odio tanto estar sola,
que no hayas llamado aún
pero más odio que no te pueda odiar
ni aunque estes tan loco ni siquiera un poco
lo he de intentar.

                    Los corazones nunca serán prácticos hasta que puedan hacerse irrompibles.

lunes, 3 de febrero de 2014

Lo temo todo




¿Yo? Lo temo todo. Temo lo que he visto, temo lo que he hecho, temo quién soy, y por encima de todo, temo salir de esta habitación y no volver a sentirme, en el resto de mi vida, como me siento cuando estoy contigo.

Puede que yo no sea muy lista, pero sí sé lo que es el amor.

domingo, 2 de febrero de 2014

Terriblemente cruel



Sabes que yo puedo ser terriblemente cruel
Para que no pierda la tensión
Tal vez la historia se me fue de las manos 

Se me está secando la imaginación
Me pase de largo, puse corazón
Seguiré mientras tú te decides a arrancar... 

Tú tienes la llave

sábado, 1 de febrero de 2014

Ricardo Arjona



 


No puedo vivir junto a ti, y sin ti es imposible,
me muero por verte otra vez y me matas si vuelves,
qué bueno sería despertar y que tú no existieras.


Olvidar es como cruzar con el semáforo en rojo y los ojos cerrados, deseando que, con suerte, puedas llegar vivo al otro lado.