viernes, 26 de julio de 2013

Un viaje de ida...



De negro color se tiñe el destino
Caprichos de una fiesta apostólica
De un viaje de disfrute previo 
A un desastre de magnitudes insolitas.

Sobre las vías de la muerte 
Viajaban los deseos lúdicos
De Entre amasijos de hierros ocultos
Quedaron las mentes que ignoraban 
La transformación de sus vidas
Llegando muy a su pesar.

Batiendo una marca de siniestralidad
Entre un viaje de idas sin venidas.. 
Generosidad difuminada
Ilusiones deseadas 
Pérdidas entre railes 
De un destino sin llegada.

Lugar de peregrinaje
La ciudad del xacobeo 
Por un motivo de esencia 
La del humanismo demostrado.

En el cementerio de metálicas vías 
Generosidad difuminada
Ilusiones deseadas
Pérdidas entre railes 
De un destino sin llegada .

Sangre gallega a raudales entregada
Sin pedir nada a cambio 
Mostrando los valores de un pueblo
Regalando sentimientos, humanidad 
Siendo nuestro mejor amuleto.

Pido de corazón 
Un acogedor destino 
A las almas de estrellas apagadas 
A las cometas que emprendieron su vuelo 
A los corazones grandes como el mar.... !
Seres que quedarán sin olvidar.! 

Ibuprofeno de cariño
A los que están sin curar 
Injecciones de amor
Para los que luchan por Sanar
Ánimo amigos, pronta recuperación 

Título: Festa da morte
 Autor: Manuel DOCAMPO

jueves, 25 de julio de 2013

Galicia unida.





Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

miércoles, 24 de julio de 2013

Se deja de querer







Se deja de querer, y no se sabe por qué se deja de querer.

Es como abrir la mano y encontrarla vacía,
y no saber, de pronto, qué cosa se nos fue.

Se deja de querer, y es como un río
cuya corriente fresca ya no calma la sed;
como andar en otoño sobre las hojas secas
y pisar la hoja verde que no debió caer.
Se deja de querer, y es como el ciego
que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren;
o como quien despierta recordando un camino,
pero ya sólo sabe que regresó por él.

Se deja de querer como quien deja
de andar por una calle, sin razón, sin saber;
y es hallar un diamante brillando en el rocío,
y que, al recogerlo, se evapore también.

Se deja de querer, y es como un viaje
destinado a la sombra, sin seguir ni volver;
y es cortar una rosa para adornar la mesa,
y que el viento deshoje la flor en el mantel.

Se deja de querer, y es como un niño
que ve cómo naufragan sus barcos de papel;
o escribir en la arena la fecha de mañana
y que el mar se la lleve con el nombre de ayer.

Se deja de querer, y es como un libro
que, aún abierto hoja a hoja, quedó a medio leer;
y es como la sortija que se quitó del dedo,
y sólo así supimos que se marcó en la piel

Se deja de querer y no se sabe
por qué se deja de querer...



Rafael Turia    Video aquí

miércoles, 10 de julio de 2013

Sonríe






He cometido muchos errores. He llorado por quien no debía y he reído con falsas amistades. He tropezado dos veces con la misma piedra y cuando pensaba que ya no lo haría más, me empujaron y caí estampada con la tercera. He perdonado mucho, demasiado. He callado te quieros que, por miedo o por inseguridad se quedaron en el aire, aunque a la despedida a veces los decía camuflados; y he regalado te quieros simplemente por cumplir. Hubo veces que me desperté con ganas de comerme el mundo y otras que parece que el mundo me comía a mí. He gritado con fuerza pero mi voz nunca salía. He callado verdades por no hacer daño. He salido sin ganas de fiesta y he vuelto con los tacones rotos de tanto bailar. Hay días que dormía solo para poder verte en mis sueños y días en los que no podía dormir pensando que a la mañana siguiente te tendría a mi lado. He creído en lo imposible hasta que se destrozaron mis metas. He abrazado a la persona que pensé que nunca me haría daño y me dí cuenta de que esa persona no se merecía ni el roce de mi piel. He cantado en la ducha hasta que mi garganta no podía más. Tuve días en los que me sentía preciosa y otros que no quería ni mirarme al espejo. He disfrutado de pequeños detalles. y he aprendido poco a poco en que consiste la vida. El secreto de la vida está en no arrepentirse de nada y afrontar todo con una sonrisa.